En muchas de mis últimas intervenciones y de especial manera las que he tenido en el marco del Rotary Club, he querido resaltar que la sociedad es cada vez mejor y que existe más voluntarismo para ayudar a los necesitados, e incluso el mundo mejora día a día por la suma de intereses de todos, de la población y de las instituciones en mejorar el mundo.
Lejos de impactar y lograr mi objetivo en esos actos, veo en cambio que todos me miran mal; imagino que están pensando en esos momentos en que soy un inconsciente optimista, que no me entero, … otros pensarán que como a mi no me falta nada de lo más imprescindible, pienso que todos viven igual (¡!).
Pues bien, hace unos días leía con satisfacción un artículo en ELPAIS firmado por Kiko Llaneras y Nacho Carretero que titulaban así: “A pesar de que los partidos populistas se aprovechan del pesimismo de la población, estamos mejorando en casi todos los parámetros”.
Es cierto lo que dicen, que pese a que los datos (y los aportan) demuestran que tanto el nivel medio de Renta (PIB por habitante), del nivel de Educación, d Esperanza de vida o de Mortalidad infantil mejoran, la mayoría de la gente cree que el mundo empeora.
Y esto es debido en parte al mensaje insistente y bajo de argumentos que los políticos populistas (y no siempre los de izquierdas, sino de derechas como el Republicano Trump) vienen insistiendo, reitera en que todo está muy mal y hay que cambiarlo, su viejo pretexto para alzarse ellos como “salvadores de la patria”.
Cuántas veces escuchamos el aburrido eslogan de que estamos en una época de “pérdida de valores”, frase por cierto que ya pronunciaba Aristóteles, Séneca, Ortega y Gasset y otros grandes referentes de la filosofía, la literatura u otras especialidades que les han puesto como referente histórico mundial.
Es cierto que estamos muy lejos de la plena satisfacción para todos y que el mundo sea un lugar perfecto; porque padecemos todavía guerras, que dan lugar a emigración y hambre; sino que hay territorios en los que pasan hambre a diario, o falta de educación o de servicios mínimos de sanidad o de seguridad incluso. Y es cierto que una minoría de la población posee la mayor parte de la riqueza, mientras que 760 millones de personas sobreviven con menos de dos dólares al día.
El profesor de Harvard Steven Pinker escribió que “la gente a lo largo y ancho del mundo es más rica, goza de mayor salud, es más libre, tiene mayor educación, es más pacífica y goza de mayor igualdad que nunca antes”, y añade: “Todas las estadísticas señalana que mejoramos. En general, la humanidad se encuentra mejor que nunca”.
El historiador sueco Johan Norberg defiende que “el mundo está mejorando rápidamente; de hecho, nunca antes el mundo mejoró así de rápido, por cada minuto de conversación, cien personas salen de la pobreza”. Defiende que el capitalismo en el sistema que más ha hecho progresar al ser humano y que vivimos en el mejor momento de nuestra historia.
Los datos avalan estos argumentos:
Según la OMS y el Banco Mundial, en 1960, un niño moría de cada cinco antes de cumplir los cinco años; ahora sobreviven 19 de cada 20.
De 1980 acá, se ha reducido en una cuarta parte el porcentaje de personas que viven en la extrema pobreza. En el sur de Africa se ha pasado del 50% al 15%; en Asia y Pacífico, del 80% al 3,5% (¡!).
En cuanto a alfabetización, solo el 15% de la población mundial está pendiente de conseguirlo, frente a porcentaje del 44% que no sabían leer ni escribir en 1980; estos datos avalados además por la OCDE y por la UNESCO.
A esto hay que añadir que la brecha existente tan acusada, entre la formación a hombres y a mujeres, ha reducido considerablemente.
Y no vemos este progreso porque los grandes comunicadores nos hacen creer lo contrario. Vende más una noticia mala que una buena, y en ese sentido la prensa no ayuda a transmitir un mensaje positivo. Entre el entorno político, los que poco tienen que aportar, tienen que hacerse un hueco en la oferta democrática de partidos, haciendo creer a todos que lo que hay, hay que cambiarlo y para eso están ellos; y claro, tienen que mostrar una situación que no es real, para que ellos puedan aportar algo diferente, pero lejos realmente de la realidad, valga aquí la redundancia.
Es cierto que España ha sufrido una grave caída de la economía en los últimos años y muchos sufren todavía por ello; o que la guerra de Siria está ocasionando un gran desastre para su población; o que en EEUU el crimen creció el año pasado frente a los anteriores; pero si tomamos los datos desde perspectivas de tiempo más amplias (y la historia es enorme); en España se vive mejor que en el año 2000 y anteriores, en EEUU se ha reducido de forma global la tasa de crimen y la cifra de muertos por guerras es mucho más baja que en los años 50, 60, 70, 80 y 90.