Seis premisas para la ciudad.

hammarby_620Según el reciente informe publicado en EEUU por THE WORLDWATCH INSTITUTE, que lleva por título: “Ciudades sostenibles. Del sueño a la acción”, no hay duda de que las ciudades seguirán creciendo y el debate reside en cómo lo harán.

La insostenibilidad desde el punto de vista medioambiental, las desigualdades y la pobreza en los núcleos urbanos, y la falta de participación ciudadana en la toma de decisiones en este entorno, ponen de relieve la urgencia de iniciar una transición hacia otro modelo de organización urbana en los países en desarrollo.

Gary Gardner, investigador y director de publicaciones del Worldwatch Institute (think tank estadounidense que elabora el informe anualmente), ha comentado que “una ciudad sostenible es incompatible con un sistema económico basado en el crecimiento infinito y la explotación de las personas y del planeta”.

Las ciudades generan el 80% del PIB mundial y sin embargo, también son las que consumen el 70% de la energía y emiten el 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero.   Es importante tener en consideración que la mayor parte de consumo de energía y materiales se realiza en las ciudades cuando su población representa el 54% de la población mundial y las ciudades ocupan entre el 1 y el 3% del territorio global.

Las ciudades de hoy tienen también que hacer frente a la escasez de metales, minerales y combustibles, y a los impactos de un sistema de alimentación, transporte y edificación, entre otros, que se extienden más allá de la región y el país que albergan dicha ciudad. Gary Gardner señalaba también que hay que tener en cuenta también la generación de residuos de una ciudad ya que “son la tercera fuente de emisiones de metano directamente causados por los humanos”.

Estos impactos se agravan cuando se trata de la organización de ciudades de más de 10 millones de habitantes. Según el informe, “las megaciudades han pasado de dos en 1950 a 29 en 2016, y para 2030 está previsto que lleguen a ser 41”.

Según Gary Gardner, “las ciudades son motores de economía y, a la vez, centros de pobreza”, ya que aproximadamente uno de cada siete habitantes de zonas urbanas vive en la pobreza, generalmente, en asentamientos marginales de los países en desarrollo. Además, el 10% de la población urbana en países en desarrollo carece de acceso a la electricidad y el 18% utiliza madera, estiércol o carbón para cocinar”, según el investigador.

Sin embargo, las ciudades de hoy en día están también en una interesante posición para asumir el liderazgo de construir economías sostenibles. Gardner explicaba la dificultad para describir un único modelo de ciudad sostenible: “Las ciudades difieren en cuanto a geografía, clima, cultura, historia, riqueza y otra multitud de aspectos, cada uno de los cuales hace imposible plantear un modelo único para la sostenibilidad urbana”. Además, insiste el investigador, “no disponemos de ningún modelo maduro de sostenibilidad urbana en ningún lugar del planeta”. Debido a estas incertidumbres, describir una ciudad sostenible requiere un esfuerzo de imaginación.

De acuerdo a los planteamientos de Gadner en este informe y alineado con él, resalto en seis áreas de mejora, las premisas que permitirían acabar con el divorcio entre el desarrollo de las ciudades y la sostenibilidad:

  • Recurrir a la Economía Circular, reciclando y reutilizando materiales con unos planteamientos paralelos de generación de economía a partir de la generación de energía.
  • Gestionar el valor del suelo de tal forma que los Planes Urbanísticos consideren en todos los casos, una perfecta integración, complementaria y equilibrio con la naturales en sí misma, en su expresión más original autóctona.
  • Trabajar en ámbito municipal pero con complicidad intermunicipal, en la búsqueda de compartir recursos y elementos de conectividad, sea esta física (carreteras, oleoductos, telecomunciaciones, canales, etc) o virtual (redes sociales participativas, prestación de servicios web, etc.), que favorezcan el intercambio de conocimiento, la interacción ciudadana y con ello el desarrollo económico y social.
  • Promover el concepto de identidad de las ciudades, haciendo trasparente y de fácil accesibilidad los activos artísticos y culturales, así como crear numerosos espacios de intercomunicación vecinal, participación y conectividad social. Crear sentido de comunidad invitando al ciudadano a participar en la «construcción» de «su» ciudad.
  • Reforzar y transmitir un compromiso medioambiental dirigido a la mejora de la salud pública, relacionando los trastornos de salud al estado del aire, del agua, etc de la ciudad.

Como siempre he venido diciendo: Las ciudades son el entorno natural que las acoge, la personalidad de las personas que las habita y la calidad y compromiso  de quienes la gestionan.

Enrique Ruz Bentué

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