Smart City, más Marketing que Tecnología

portada-ciudadinteligenteToda empresa que se precie, de telecomunicaciones, de electrónica, de ingeniería, de informática, de infraestructuras incluso, o de medioambiente, etc,  … se ha preocupado de tener un departamento, área o encargado de Smart City o de Gestión de Ciudades o similar.

… Y todos ellos, son ingenieros o tecnólogos en general; cuando realmente tecnología es lo que sobra, lo que faltan son ideas que promuevan la implantación de la tecnología de forma ordenada e inteligente (sí, Smart también).

La Smart City no es tecnología, es un concepto,  basado en reunificar diferentes

tecnologías convergentes, además de infraestructuras y servicios, en un entorno urbano y de aplicación tanto público como privada.

Me remonto al año 2003, cuando las grandes corporaciones tecnológicas empezaban a presentar al Sector Público soluciones de todo tipo para la gestión de Gobierno y poco más. Mientras tanto, esas mismas empresas disponían en sus respectivos portfolios una ingente oferta de soluciones que años más adelante comprendieron que bien podían también ser ofrecidas al Sector Público y en particular a las ciudades a través de sus Municipios.

En aquel entonces, ya me di cuenta que si no se hacía algo allí nadie vendía nada, ni los políticos o funcionarios de la administración pública iban a comprar nada. Fue entonces, cuando pensé que lo que había que hacer es mostrar todo tal como se pretende ver; hacer realidad aquello de “ver para creer”. Fue cuando propuse crear con la ayuda de varios gobiernos municipales, regionales y del estado, además de un importante número de empresas; una ciudad. Iba a ser una ciudad efímera, pero iba a ser una ciudad en la cual cada uno de los ofertantes expusiera su propuesta enmarcada en el ámbito de una ciudad y más concretamente en el ámbito concreto de su instalación o uso; bien sea en medio de la calle, o en un hospital, en un edificio que simulaba la sede de un gobierno, o el que simulaba un hotel, o un banco, o una vivienda, etc.

Así nació COMUNIDAD DIGITAL, reproducción de la primera Ciudad Digital en el mundo que permitió que durante siete días circularan más de 150.000 personas viendo directamente qué es una Ciudad Digital. Era, no solo la primera presentación de lo que años más tarde pasó a denominarse Smart City gracias a IBM, sino que fue la primera vez que las Smart City se apoyaban en el marketing para hacer entender qué es eso de una Ciudad Inteligente.

Pues bien, desde entonces, los tecnólogos no han parado de diseñar propuestas y más propuestas para diferentes «verticales» del sector público y de las infraestructuras y servicios en la ciudad; pero en paralelo sufrían la falta de demanda de los gobiernos y la falta de confianza de los inversores, públicos o privados.

Durante todo este tiempo, he pululado ente los tecnólogos intentando hacer ver que “no solo de tecnología vive el hombre”; que el divorcio que existe entre tecnología y marketing estaba siendo el freno a un mayor desarrollo de la implantación misma de la tecnología y otros servicios en las ciudades.

En esa «Comunidad Digital», lo que simplemente hice fue poner en común toda la oferta (limitada entonces) que existía para el entorno público o privado en la ciudad; ponerla en común y hacer convivir entre sí a los que se veían como competencia entonces, pero que pasaron esos días, a ser «complementarios».

El producto estaba diseñado por los tecnólogos, pero los marketinianos tuvimos que mostrarlo de forma coherente.  A partir de ahí, nació el primer programa de Ciudades Digitales que fue poco a poco explosionando a nivel global y dando lugar a lo que hoy conocemos como fenómeno de las Smart City.

Pasaron años desde aquella presentación de la primera Ciudad Inteligente, cuando he vuelto a intentar llamar la atención del sector advirtiendo que las ciudades no se construyen a base de tecnología, que las ciudades se construyen a partir de un proyecto urbanístico previo que defina no solo la distribución y desarrollo de la ciudad en su marco natural, sino el desarrollo demográfico que esa ciudad va a tener, las consecuencias de ello en su desarrollo económico y social y de la definición de las ordenanzas municipales que la permiten desarrollarse de forma controlada.   Fue a partir de ahí cuando empecé a dar el nombre de EFFICIENT URBAN a todo aquello, porque lo que estamos pretendiendo todos, es crear un entorno urbano eficiente, ¿o no es así?. ¿No hablamos de que toda tecnología aporta eficiencia y con ello rentabilidad y funcionalidad a las ciudades? ¿no es cierto que el Urbanismo pues, es la base para el desarrollo de la ciudad?.

Tecnólogos todos, abrazar el concepto de Urbanismo Eficiente porque eso os dará ventas, os posicionará en la realidad de lo que pretendéis hacer modernizando las ciudades con la implementación de las tecnologías.

Entender que los egipcios, los romanos, los árabes de la antigüedad ya implantaban tecnologías en las ciudades, no eran digitales, pero eran a su manera muy eficientes y en algunos casos las hemos seguido disfrutando al cabo de los siglos.

Tecnologías en el mundo hay muchas, hay una oferta increíble; en lo que hay que trabajar es en el diseño de modelos de negocio, modelos de uso, modelos de implantación, modelos de promoción, modelos de atracción del interés de la población, marketing en resumidas cuentas.

El concepto –ya muy manido- de Smart City es un concepto marketiniano no tecnológico. Viene a insinuar cómo y de qué forma hay que hacer uso de las tecnologías en la ciudad. Si la ciudad no es un fin siquiera porque evoluciona día a día, de ahí el cómo siguen cambiando desde aquellas épocas que comentaba de la expansión de los imperios de Roma, o el urbanismo de los árabes o la construcción de los egipcios, ¿por qué la tecnología lo va a ser?.   Las ciudades son un medio para el desarrollo de las civilizaciones, lo mismo que las tecnologías con un medio para el desarrollo de las ciudades a partir de dotarlas de mayor eficiencia.

Dar valor añadido a las tecnologías, pensar en su mejor ubicación en el mercado, analizar la convergencia tecnológica y el mayor potencial que con ella se podría abarcar, es el objetivo de mi trabajo en estos más de trece años trabajando, desde la creación de la primera Smart City, hasta ahora en donde nadie duda del potencial de este vocablo.

Cuando me preguntan qué hago en las Smart City sin ser tecnólogo, me quedo corto con lo que aquí escribo para explicarles que no de tecnólogos es el desarrollo de la humanidad, sino de especialistas de comunicación, de promoción, de sociología, de innovación de ideas.  En el libro que presento quizás ya en un mes (La Ciudad Inteligente, ciudad al fin y al cabo – Ediciones CLV) pongo en manifiesto qué es en resumidas cuentas una Ciudad Inteligente, dejando claro que pese a todo, no es una ciudad futurista, … es una ciudad al fin y al cabo, como la que nuestros antepasados vienen disfrutando.

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